Review – Ghost of Yōtei

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    La gran apuesta de PlayStation

    Desde la generación del PS4, Sony ha enfocado gran parte de sus recursos en crear experiencias AAA de alto nivel. Si bien títulos como Marvel’s Spider-Man 2 y The Last of Us Part II han dejado en claro el talento de los PlayStation Studios, es innegable que los tiempos de desarrollo han aumentado considerablemente. Proyectos que antes tardaban dos o tres años en salir al mercado, ahora necesitan de cinco o más, por lo que, con la excepción de Insomniac Games, solo vemos uno o dos juegos por parte de equipos como Santa Monica o Guerrilla Games cada generación. Pese a las fuertes críticas que este modelo ha generado, los productos finales hablan por sí solos. La escala es enorme, la presentación visual y sonora es de otro mundo, las historias son cautivadoras y el gameplay es entretenido. 

    En el 2020, Sucker Punch cumplió el sueño de millones de jugadores, y nos entregó Assassins’s Creed en Japón, aunque bajo el nombre Ghost of Tsushima. El título logró cautivar al público con todas sus ideas, pero fue su mundo abierto lo que más llamó la atención. La isla de Tsushima no solo es hermosa, sino que su estructura se encontró en un punto medio entre lo sistemático del trabajo de Ubisoft, y la libertad que Breath of the Wild nos presentó un par de años antes. Ahora, Ghost of Yōtei, la secuela, llega en un momento en donde cada juego dentro del género está tratando de redefinir las concepciones que ya conocemos. 

    Después de cinco largos años, Ghost of Yōtei ha llegado a nuestras manos, y se posiciona una de las grandes exclusivas del PlayStation 5 en el 2025. Sucker Punch cautivó a millones de jugadores en el 2020, y ahora tratan de hacer lo mismo con una historia de venganza que nos lleva al norte de Japón. ¿Es Ghost of Yōtei la gran evolución del género que todos esperaban? ¿Qué hizo el estudio para avanzar la fórmula que ya conocemos? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review. 

    Onryō

    Sucker Punch, más que crear una secuela directa de Ghost of Tsushima, optó por dar pie a una antología, dándonos la oportunidad de explorar una nueva región Japón, una época diferente, y una protagonista única, sin olvidar los temas principales de esta serie. Es así que el estudio tuvo la libertad creativa de examinar una historia completamente original que cualquiera puede disfrutar. Temas narrativos relacionados con la violencia, la venganza y la familia están de regreso, pero bajo un contexto que en ningún momento trata de replicar la aventura de Jin Sakai. 

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    En esta ocasión viajamos a la región Ezo, al norte de Japón, en el siglo XVII. En una fatídica noche, una terrible banda de guerreros, conocidos como los Yōtei Six, asesinan brutalmente a una familia en forma de retribución. La única sobreviviente es Atsu, una niña que jura vengarse de aquellos que le arrebataron todo lo que tenía. Después de 16 años en el sur, Atsu regresa a su tierra natal con un solo objetivo: matar a las seis personas que le causaron la mayor desgracia en su vida. Para lograr esto, tendrá que convertirse en un onryō, un fantasma, y liberar a su hogar de la sombra de Lord Saito y sus secuaces. 

    Aunque hay claras similitudes temáticas entre el viaje de Jin y la travesía de Atsu, con la violencia y la venganza al centro, cada aventura es única, y Ghost of Yōtei en ningún momento trata de replicar la magia que hizo especial al título de 2020. En su lugar, busca sobresalir por sus propios méritos, y el resultado es, por lo general, positivo. Parte de estos se debe a la escala de la misión. Si bien hay una región azotada por la guerra, en donde dos facciones han creado un extenso campo de batalla, la protagonista no está interesada en esto. Claro, estos dos aspectos convergen en más de una ocasión, pero nunca sientes tu misión principal es liberar Ezo, sino que más bien esto es una consecuencia de tus acciones.

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    A la par, cinco miembros de los Yōtei Six están muy bien construidos. Cada uno de estos personajes tiene el tiempo suficiente para brillar, ya sea que los veamos cometiendo algún acto terrorífico, documentos nos den una mirada a su vida antes de los eventos del juego, o su sola mención sea más que suficiente para dejar en claro su rol en la historia. Claro, todos caen en algún tropo que hemos visto cientos de veces en otros lugares, pero esto no significa que dejen de ser antagonistas bien construidos que nos incitan a cobrar venganza. 

    Lamentablemente, nuestros aliados no son tan memorables. Si bien hay tres casos en particular que logran sobresalir en sus respectivos capítulos, confrontando a Atsu en ciertos aspectos de su misión, el elenco secundario simplemente cumple una función, y no tienen el espacio suficiente para brillar. La “manada” de la protagonista es bastante grande, pero esto también significa que casi todos están reducidos a una función específica, como el herrero o el cartógrafo, en lugar de ser miembros que vayan más allá de sus roles. Incluso cuando muestran indicios de algo más, con misiones opcionales que usualmente nos revelan un poco sobre su decisión para ayudar a la protagonista, estos eventos no ofrecen mucho.

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    En medio de todo esto, tenemos a Atsu. La protagonista de Ghost of Yōtei es un personaje bastante complejo. Atormentada por un terrible acto en su infancia, su misión está marcada por una enorme pérdida. Más que justicia, ella busca venganza a toda costa. Al principio es un fantasma, una guerrera que no se preocupa por sus heridas ni cómo es que sus acciones afectan a otros. Sin embargo, conforme avanza la historia, algunos personajes la confrontan sobre su pasado, presente y futuro, cuestionando si este viaje es necesario, y si hay algo más después de que caigan las cabezas de los Yōtei Six. De cierta forma, Atsu atraviesa un viaje opuesto al de Jin, sin ser los mismos personajes. Aunque la aproximación de Sucker Punch no es nueva, está muy bien manejada, y mantiene al jugador pegado al control durante las casi 50 horas que puedes tardar en llegar al final.

    Si bien la historia principal es lo suficientemente cautivadora, Ghost of Yōtei, al igual que su antecesor, brilla gracias a su contenido adicional. Gracias a su mundo orgánico, recorrer Ezo nos sorprende constantemente con pequeñas misiones opcionales, y los pueblos usualmente ocultan alguna tarea extra que nos da la oportunidad de interactuar con el elenco secundario. Uno de mis momentos favoritos fue encontrarme con un ronin, el cual sufría de dolor de muelas, y al confrontar a su dentista me encontré con alguien que no esperaba. El viaje de Atsu es espectacular, pero el juego no se olvida de dar el suficiente espacio para que cada jugador sea capaz formar su propia aventura con interacciones inesperadas. 

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    Ghost of Yōtei es una fantástica aventura. Al igual que otras producciones de PlayStation, el trabajo de Sucker Punch ha sido refinado hasta ofrecer una historia que es entretenida y fácil de digerir, pero sin dejar de lado los aspectos maduros que una travesía de este tipo ofrece. Atsu, los Yōtei Six y parte del elenco secundario trabajan en armonía para explorar el tema de la venganza y la violencia de una forma que, aunque no es nueva, está muy bien lograda. El mundo también da pie a interacciones y misiones únicas. Ghost of Yōtei es fenomenal de principio a fin, al grado de que no desearás abandonar Ezo, incluso después de llegar a los créditos. 

    La belleza de Yōtei

    No hay otro juego que se vea como Ghost of Yōtei. Sucker Punch ha creado un mundo que combina el hiperrealismo con el impresionismo. La saturación está al máximo, y los colores logran resaltar en todo momento. El estudio ha sido capaz de darle vida a la región de Ezo de una forma que solo era un sueño hace unos años. A la par, todas las locaciones que visitamos logra brillar al ofrecer una personalidad única. Por su parte, cada personaje es capaz de resaltar gracias a algún elemento en particular, y Atsu se lleva las palmas en todo momento, no solo por su diseño, sino también por su extensa personalización.

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    Para crear Ezo, los desarrolladores fragmentaron el mundo abierto en secciones específicas, en donde cada una logra resaltar por algún elemento en particular. Por ejemplo, la zona dominada por el Ōni parece estar en perpetua primavera. El daño que ha causado el fuego ha creado una capa naranja en esta región, y solo la costa, la cual ofrece un refugio tenue, es la única que ha escapado de este caos. Por su parte, la región a cargo del Kitsune es el polo opuesto. Aquí, una capa blanca congela a cada uno de sus habitantes, produciendo tormentas que nublan nuestra vista, y crean el espacio perfecto para que los ninjas puedan ocultarse de cualquier fantasma.

    Sin embargo, es la zona central la que se lleva las palmas. Esta área no solo es enorme, sino que aquí es donde el juego se vuelve más cinemático. Al montar a caballo, la cámara se aleja de Atsu y barras negras aparecen en la parte inferior y superior de la pantalla. Gracias a que este lugar funciona como un hub, esta decisión logra elevar la aventura del jugador, haciéndolo sentir como si estuviera viendo el inicio de una película cada vez que decide moverse a una de las áreas principales. A la par, Ezo está lleno de vida. Caballos corren junto a nosotros; las garzas nos vigilan desde los aires; y cada enfrentamiento con algún ronin o lacayo de Lord Saito deja de ser un simple obstáculo, sino que se convierte en la escena de una película que Akira Kurosawa pudo dirigir. 

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    Junto a esto, el título es capaz de transportarnos al siglo XVII gracias a la ropa y la arquitectura de la época. Sucker Punch es un estudio comprometido con ofrecernos recreaciones fieles de Japón, y con Ghost of Yōtei lo han vuelto a lograr. Ninguna vestimenta se siente fuera de lugar, e incluso cuando deciden experimentar al proporcionar diferentes colores para las armaduras, nunca vemos algo que sea capaz de romper la inmersión. El único detalle es que las expresiones faciales no son las mejores. Si bien hay una mejor sincronización con el diálogo en japonés, los personajes secundarios usualmente tienen animaciones limitadas. Aunque este no es un problema en los momentos estelares de la historia, es imposible no notar en dónde se realizó algún tipo de recorte. 

    A la par, Ghost of Yōtei nos ofrece tres modos esteticos. Kurosawa Mode nos lleva al pasado, convirtiendo el juego en una película de samurái, en donde la imagen está en blanco y negro, y se incluye un grano de película. Nuevos de esta entrega, tenemos el Miike Mod, inspirado en el trabajo de Takashi Miike, en donde la cámara se acerca más a Atsu en los combates, y la sangre y el lodo son prominentes, al grado de la protagonista se transforma en un demonio de color rojo y café. Hay otro, pero de ese hablará en otra sección. Estos funcionan muy bien, pero mi recomendación es jugar de una forma tradicional, y optar por algunas de estas opciones en tu segunda o tercera partida. 

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    Junto a esto, el título tiene tres modos de visualización. El primero nos ofrece 30fps a 4K, el segundo cuenta con 60fps y una resolución más baja y, mi recomendación, 30fps a una resolución dinámica con ray-tracing. Con este último, la iluminación logra resaltar aún más. Los amaneceres son espectaculares, y el monte Yōtei a la distancia parece algo sacado de una pintura. Lo mejor de todo, es que el frame pacing es de primer nivel, por lo que en ningún momento se siente como si los 30fps entorpecieran la aventura, y es que el juego fue creado con esto en mente. 

    Al ser un juego de PlayStation 5, Ghost of Yōtei utiliza la velocidad del SSD para crear algunas secciones que no serían posibles en la generación pasada. En áreas específicas del mapa es posible viajar al pasado instantáneamente, en donde controlamos a una Atsu de niña. Aquí vemos una paleta de colores diferentes, y usualmente hay algún cambio muy importante entre los dos tiempos. No es algo que tenga un gran peso en el gameplay, pero sí es capaz de impresionarte por la forma en la que funciona. 

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    Ghost of Yōtei es un deleite visual. Sucker Punch, más que ofrecer una interpretación realista de Ezo, le da vida a este mundo con una clara dirección de arte que se enfoca más en crear una fuerte impresión en el jugador. Claro, el estudio ha invertido bastante en traer a la vida la moda y la arquitectura del siglo XVII de Japón, y los diseños de los personajes son cautivadores. Junto a esto, los desarrolladores utilizan un lenguaje cinematográfico para elevar cada una de las cinemáticas, crear tensión en los duelos, y transmitir una sensación de aventura sin igual al recorrer el mundo abierto.

    Shamisen, la voz de Atsu

    Sucker Punch no solo es capaz de transportarnos al Japón feudal por medio del apartado visual, sino que la música juega un gran papel en esta tarea. En esta ocasión, Wataru Hokoyama, también conocido como Toma Otowa, tomó las riendas principales al momento de crear la música para Ghost of Yōtei. El resultado final es una experiencia sonora que no solo utiliza de forma espectacular los instrumentos característicos del país del Sol Naciente, sino que también evoca al viejo Oeste para elevar esta aventura de venganza aún más. Si hay algo que no falla en este juego, es la música, el diseño sonoro y las actuaciones de voz. 

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    Cada una de las composiciones en Ghost of Yōtei es perfecta para las diversas situaciones que aquí encontramos. Cuando es momento de recorrer el mundo abierto, escuchamos tonadas delicadas que se convierten en el único acompañante de nuestra aventura, pero también saben cuándo es necesaria guardar silencio para apreciar Ezo de una forma única. Sin embargo, cuando llega el momento de acción, el soundtrack se vuelve bombástico, y funciona a la perfección en cada secuencia. 

    Aunque estas dos secciones utilizan muy bien el trabajo de Toma Otawa, son los duelos en donde de verdad brillan sus composiciones. El shamisen es la estrella aquí. El instrumento no solo tiene un peso narrativo, ya que Atsu viaje por Ezo con su propio artefacto musical, sino que esto es utilizado para elevar significativamente cada enfrentamiento y momento importante en la historia. Los casos perfectos son el tema de los Yōtei Six, en donde el shamisen y el shakuhachi son capaces de sustituir a la guitarra y la armónica en algo que claramente está inspirado por el trabajo que llevó a cabo Ennio Morricone en los spaghetti western; y el tema principal, en donde el shamisen logra brillar por sus pequeñas, pero fuertes apariciones. 

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    Si esto no es tu agrado, el juego también cuenta con el modo Watanabe, inspirado por animes como Cowbow Bebop y Samurai Champloo, dejando de lado la música clásica y presentándonos tonadas de lo-fi y rap. Junto a esto, Ghost of Yōtei tiene un espectacular diseño sonoro, en donde puedes sentir las pisadas del caballo con cada galope, los audífonos retumban con las explosiones, y el choque de espadas es tan real, que bien podrías pensar que hay dos samuráis en tu habitación. Parte de lo que le da vida a Ezo, es la forma en la que cada rincón del mapa emite algún sonido único, el cual es capaz de transportar al jugador a un lugar específico.

    Por su parte, todos los actores de voz hacen un fenomenal trabajo con sus roles. Si bien el elenco en inglés cumple de gran manera, es el apartado en japonés el que más brilla. Fairouz Ai le da vida a Atsu de una forma magistral. La actriz sabe perfectamente cómo manejar las complejas emociones de la protagonista, al grado de que no puedo imaginar a otra persona en este papel. De igual forma, cada uno de los Yōtei Six merece un reconocimiento, con Lord Saito llevándose las palmas al momento de presentarnos a un antagonista que es capaz de imponer una imagen aterradora con tan solo su voz. 

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    Ghost of Yōtei es una experiencia sonora de primer nivel. El trabajo de Toma Otowa es magnífico gracias a la forma en la que el shamisen se convierte en el protagonista, y cómo es que el compositor es capaz de utilizar elementos del viejo Oeste para elevar el tema de la venganza. El diseño sonoro nos transporta a Japón, y escuchar el choque entre katanas es algo fantástico. Las actuaciones de voz, tanto en inglés como en japonés, cumplen su cometido, y cada uno de los personajes cobra vida de una forma única gracias a sus actores. No puedo pensar en un solo punto negativo para este apartado. Sucker Punch ha creado algo prácticamente perfecto. 

    Ezo cobra vida

    Existe un antes y un después de The Legend of Zelda: Breath of the Wild cuando hablamos sobre juegos de mundo abierto. En su momento, Ghost of Tsushima fue un punto medio entre la filosofía de diseño clásica y la aproximación contemporánea que inició el título de Nintendo Switch. Ahora, Sucker Punch ha tenido el tiempo necesario para ofrecer una experiencia más abierta, menos sistemática, y con una espontaneidad que le da vida a Ezo de una forma que sorprenderá a más de una persona. Todo esto acompañado del sistema de combate que vimos en la entrega pasada, manteniendo las bases, pero innovando en múltiples apartados. Con todo esto, Ghost of Yōtei se posiciona como un juego que demuestra los mejores elementos de este género.

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    Cuando hablamos de juegos de mundo abierto, Ghost of Yōtei brilla en todo momento. Ezo no solo es un lugar hermoso, sino que está lleno de actividades, eventos inesperados e interacciones que se quedarán en tu mente por mucho tiempo. En esta ocasión, vemos un diseño más segmentado. El juego tiene un área principal, la cual es enorme, con múltiples actividades, y la cual da pie a otras tres zonas, las cuales no llegan a ser tan extensas, pero cuentan con una densidad de contenido bastante impresionante. No importa a donde mires, siempre hay algo por hacer, y aquí es donde el nuevo trabajo de Sucker Punch logra una de las grandes mejoras en comparación con su predecesor.

    Aunque Ezo está cargado de actividades, nunca sientes que realizar todo lo que aquí encontramos sea pesado, y esto se debe a una buena variación de misiones secundarias. Si bien los cortes de bambús y las aguas termales están de regreso, en esta ocasión podemos pintar paisajes, aprender canciones con el shamisen, cazar enemigos de alto rango para obtener alguna recompensa, y mucho más. Lo mejor de todo, es que el juego no te marca ninguna de estas actividades en tu mapa, al menos no de una forma tradicional, sino que emplea un sistema de pistas para que tú logres encontrar cada uno de estos objetivos a lo largo del extenso mapa.

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    Al derrotar a un grupo de enemigos, Atsu puede interrogar a un sobreviviente para qué nos diga dónde se encuentra uno de los Yōtei Six o qué actividades se pueden realizar en cierta región. Hay un cartógrafo que nos vende pistas con misiones secundarias, las cuales tienes que emparejar con el mapa principal. Los pájaros dorados están de regreso para guiarnos a una tarea opcional. Cada uno de los asentamientos tiene NPCs que, al prestarles atención, nos darán información sobre algunos de los secretos que este mundo esconde. Si esto no es tu agrado, siempre puedes ponerle atención a Ezo y encontrar todo lo que esta región esconde. Árboles rojos sobresalen del bosque verde para indicar que un zorro necesita de nuestra ayuda. Piedras llenas mos usualmente están ubicadas cerca de un área que puedes pintar. La curiosidad es una de tus mayores herramientas aquí, y siempre recibirás alguna recompensa, ya sea que obtengas algún elemento estético o alguna mejora para las habilidades de la protagonista.

    Junto a esto, Ghost of Yōtei es muy espontáneo. No solo tenemos un sin fin de actividades, sino que ocasionalmente te vas a encontrar con enemigos que buscan cobrar la recompensa que ofrece la cabeza de Atsu, dando pie a enfrentamientos inesperados, en donde la derrota no siempre es el final del viaje. De igual forma, el juego nos presenta con pequeñas misiones en donde algún NPC contrata a la protagonista como guardaespaldas, y estos eventos usualmente nos dan la oportunidad de recorrer diferentes partes del mapa, y disfrutar de pequeñas historias. Una de mis favoritas fue encontrar a un aldeano que desesperadamente necesitaba proteger a su esposa que estaba dando a luz. La tarea era simple, vencer a un par de ronin, pero la idea de proteger a una embarazada de un pequeño ejército a mitad de la noche fue emocionante.

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    Ghost of Yōtei está lleno de momentos de este tipo. Nunca sabes qué es lo que vas a encontrar. Si bien la mayoría de estas actividades se reducen a pelear contra un par de enemigos, el contexto y las pequeñas historias hacen que valga la pena prestarle atención a los gritos de ayuda de todos los habitantes de Ezo. No hay una sola misión que no valga la pena, ya que Sucker Punch trató cada uno de estos encuentros con un alto nivel de calidad, y el dinero adicional es algo que ayuda bastante a lo largo de la aventura.

    Ahora, todo esto puede sonar maravilloso, y lo es en su mayoría. Sin embargo, aquellos que solo deseen experimentar la campaña principal probablemente no estén tan interesados en la forma en la que Ghost of Yōtei funciona. Como ya lo mencioné, Ezo es un mapa cargado de tareas opcionales, por lo que es muy fácil distraerse y, en algunas ocasiones, puedes comenzar algún reto adicional sin desearlo. Junto a esto, es muy sencillo perderse en todo lo que el título tiene para nosotros, resultando en horas y horas en la que la historia es olvidada. Es algo que dependerá mucho del tipo de jugador, y en mi caso no tuve problema alguno, aunque entiendo que algunas personas tal vez piensen diferente.

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    Más allá de esto, el juego también introduce un sistema en donde puedes acampar en cualquier parte del mapa. Aquí es posible preparar comida que te ofrece una mejora momentánea, e interactuar con algunos personajes secundarios. En algunas noches, la manada de Atsu se presentará ante ti, algo que no solo da pie a conversaciones que nutren el mundo, sino que también te darán acceso al cartógrafo, alguna tienda o al herrero, todo esto sin la necesidad de viajar a algún pueblo. Por si fuera poco, eres capaz de tocar alguna canción con el shamisen o crear municiones para tus armas. 

    Sucker Punch deja que el jugador se pierda en el vasto mapa que han creado. Aquellos que desean buscar todo por su cuenta, pueden hacerlo al prestarle atención al ambiente, mientras que aquellos que desean una pequeña ayuda, siempre pueden ir con el cartógrafo, o subir a una montaña y usar el telescopio de Atsu para ver qué hay a la distancia. Junto a esto, hay un buen grado de espontaneidad para que siempre tengas alguna actividad en mente. Hay una gran densidad de actividades, pero también una buena variación de misiones, por lo que nunca sientes que estás haciendo lo mismo una y otra vez. Ezo es un bello lugar que grita que lo explores de pies a cabeza.

    El camino de la katana

    La exploración, por especial que sea, solo es la mitad de lo que Ghost of Yōtei nos ofrece, ya que el combate es igual de importante. Similar a su mundo abierto, Sucker Punch ha realizado una serie de cambios y mejoras a los sistemas que vimos por primera vez en Ghost of Tsushima. El resultado es una experiencia que es adictiva, ofreciendo opciones de sigilo y combate directo, en donde tienes múltiples armas para enfrentarte al ejército de Lord Saito y obtener la victoria, sin importar qué tan imposible pueden lucir algunas situaciones.

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    Atsu comienza su aventura con solo una katana, un arma que es rápida y con el suficiente poder para derrotar a casi cualquier enemigo de dos o tres tajos. Sin embargo, conforme avanzamos en la aventura nos vamos a encontrar con soldados que cargan escudos, lanzas, hachas y todo tipo de herramientas que complican nuestra misión. Afortunadamente, Ghost of Yōtei nos ofrece diferentes armas, como una lanza y un kusarigama, o una cadena y hoz. Cada una de estas tiene un mejor desempeño ante alguna clase enemiga. El sistema es similar a las posturas del juego pasado, pero cada artefacto tiene una velocidad y un ritmo diferente. ¿Te enfrentas a un enemigo con un kusarigama? Cambia a la lanza y destruye su defensa. ¿Los contrincantes pesados te dan muchos problemas? Utiliza el ōdachi para vencerlos en cuestión de segundos.

    Cada arma funciona con los mismos principios. Tienes un golpe fuerte y uno débil, y al presionar círculo y triángulo al mismo tiempo puedes realizar un ataque especial. Aunque el sistema es sencillo, la variedad de herramientas le da la suficiente complejidad. Lo mejor de todo sucede cuando te enfrentas a múltiples enemigos, cada uno con un arma específica, por lo que tienes que adaptarte rápidamente a la situación en la que te encuentres. Aunque el juego ofrece una opción de lock on, mi recomendación es apagarlo y reaccionar dependiendo de la situación.

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    Para todo esto, Atsu también puede esquivar y realizar parrys. Al atacar, cada enemigo indicará qué tipo de golpe realizará, con lo cual tendrás que reaccionar debidamente. Al igual que en Ghost of Tsushima, realizar contraataques en Ghost of Yōtei es muy satisfactorio, ya que el tiempo se detiene por un instante, y puedes realizar una tajada devastadora que puede derrotar a tu contrincante casi inmediatamente. Nuevo de la secuela son golpes que pueden desarmar a la protagonista, creando una mayor tensión en cada pelea. Junto a esto, es posible recoger katanas y lanzas del suelo para aventarlas y vencer a alguien al instante, lo cual le ofrece un mayor dinamismo a los campos de batalla, y te obliga a prestar atención a tus alrededores. 

    Junto a esto, Atsu también es capaz de usar armas de largo alcance, como dos tipos de arcos, un teppo, básicamente un rifle, y hasta puede lanzar bombas con las manos. De igual forma, los kunais y otros utensilios de uso rápido regresan para, más que causar daño, crear una apertura de ataque o salir corriendo de algún enfrentamiento. Mi favorita fue una pequeña pistola que puede detener cualquier enemigo cercano, dando pie a un castigo que es muy satisfactorio. La protagonista va obteniendo todo esto conforme avanzamos en la historia principal e interactuamos con personajes secundarios con sus propias misiones opcionales.

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    Todo esto se pone a prueba con los jefes. Estos son los mayores retos de la experiencia, y los duelos uno contra uno son lo mejor en Ghost of Yōtei. La tensión antes de cada enfrentamiento se puede cortar con tijeras, y una vez que las peleas empiezan, el título se convierte en un juego de ritmo. Tienes que estar al tanto de los movimientos de tu rival, y reaccionar al instante. Dependiendo de la dificultad que elijas, un solo error te puede costar la vida. Mi recomendación es elegir la opción de Letal, en donde dos o tres golpes son más que suficientes para ver a Atsu en el piso. Es un gran reto, pero uno que se siente perfecto para esta entrega. Esto es algo que Sucker Punch sabe muy bien, por lo que hay una gran cantidad de jefes que pondrán a prueba tu habilidad con el control.

    Si esto no es tu agrado, siempre puedes optar por el sigilo, y asesinar a todos tus rivales sin ser visto, algo que también es satisfactorio. Junta a esto, al encontrar un altar, Ghost of Yōtei nos da la opción de obtener algún movimiento adicional o mejorar nuestras habilidades, lo cual expande sustancialmente las opciones a nuestra disposición. De esta forma, Atsu es capaz de crear cadenas de asesinatos, ya sea que esté en un enfrentamiento contra enemigos pequeños o los esté matando en silencio. De igual forma, la protagonista puede espantar a sus rivales, los cual caen al suelo del miedo, tirando sus armas en el proceso, y hasta invoca a un lobo que nos acompaña. 

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    Por último, pero no menos importante, Atsu puede equipar diferentes armaduras, las cuales otorgan algún beneficio adicional, como mayor sigilo, o un espacio más grande para hacer parrys. De igual forma, los amuletos regresan, proporcionando alguna mejora pasiva y, nuevo de la secuela, algunos pueden mejorar al realizar ciertas tareas, como derrotar enemigos de cierta forma o completando actividades adicionales. Cada opción presente en esta entrega tiene un peso sustancial, y nada se siente de sobra. Claro, todo dependerá de tu estilo de juego, pero siempre hay algo que puedes usar dependiendo de la situación en la que te encuentres. 

    Ghost of Yōtei toma todo lo que funcionó en Ghost of Tsushima y lo expande sustancialmente. Aunque las bases son las mismas, las nuevas armas recontextualizan todos los enfrentamientos. El árbol de habilidades expande todo lo que tenemos a nuestra disposición. Las armaduras y los amuletos dan la suficiente personalización. Cada enfrentamiento es cardiaco, y las peleas contra jefes vuelven a ser las estrellas del combate. Puedes pasar 50 horas en este mundo, y no importa si peleas contra un grupo de soldados o con uno de los Yōtei Six, es muy satisfactorio el choque de espadas que Sucker Punch nos presenta en esta ocasión.

    The lone wolf dies but the pack survives

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    Ghost of Yōtei es todo lo que una buena secuela debe de ser. Sucker Punch expande y refina en cada apartado posible, solucionando algunos de los inconvenientes de su predecesor y enfocándose en todo lo que hizo especial al título del 2020. La historia es muy entretenida. Si bien los personajes secundarios pudieron ser más complejos, Atsu y los Yōtei Six tienen la atención necesaria. La exploración de la venganza y la violencia, aunque no toca terreno nuevo, está bien ejecutada. Es imposible no asombrarse con la escala de las misiones principales, y el título logra brillar en todo momento.

    La hiperrealidad y el impresionismo le dan una identidad visual muy clara a Ghost of Yōtei. Ezo es hermoso, y cada región que visitamos nos ofrece algo especial. Junto a esto, Sucker Punch ha implementado un nivel cinematográfico en todo lo que hacemos y encontramos, al grado de que el título te va a dejar con la boca abierta cada segundo que pases en este mundo. Aunque algunas de las animaciones y expresiones faciales no recibieron tanta atención como debían, todo lo relacionado con la campaña principal tiene el nivel de calidad que todos esperamos de una producción de los PlayStation Studios. 

    Si hay algo que el juego hace perfecto, es su música. El trabajo de Toma Otowa es cautivador, y nos transporta al Japón feudal de una forma que solo este compositor es capaz. El shamisen deja de ser un instrumento más, y se convierte en la estrella de Ghost of Yōtei. Junto a esto, cada uno de los actores de voz hace un trabajo impresionante al cumplir con todos los momentos que Atsu y el resto del elenco protagonizan. El diseño de audio logra posicionarnos en medio de un campo de batalla, y sientes cada corte que tu katana da. Este es un apartado sensacional que merece todos los reconocimientos posibles.

    La exploración es la estrella en Ghost of Yōtei. Sucker Punch toma todos los elementos contemporáneos de los juegos de mundo abierto, y les da su propio toque. Ezo es una región con muchas actividades y con una muy buena variedad. En ningún momento hay una mano que te guie, y los eventos inesperados pueden suceder en cualquier instante. Junto a esto, el sistema de combate está enfocado en refinar todo lo que vimos en la entrega pasada, y todas las novedades funcionan a la perfección con estos sistemas. Es un trabajo adictivo y con el reto suficiente para que nunca sueltes el control.

    Aunque es ridículo que los PlayStation Studios solo nos entreguen uno o dos juegos al año, Ghost of Yōtei es el ejemplo perfecto de que equipos como Sucker Punch son unos verdaderos maestros en su arte. El título hace todo lo que una secuela debe, y el resultado es una de las mejores experiencias del año. Pese a que el título no es perfecto, la travesía de Atsu es cautivadora, y deja en claro que este modelo de antología que ha creado el estudio tiene el potencial de expandirse indefinidamente.

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    Sebastian Quiroz
    Sebastian Quiroz
    27 años. Editor en Atomix.vg. Consumidor de la cultura pop.
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