
El trato prácticamente cerrado
Los accionistas de Electronic Arts han aprobado oficialmente la venta de la compañía por aproximadamente $55 mil millones de dólares a un consorcio de inversionistas encabezado por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), junto con Silver Lake. La información fue dada a conocer tras una votación interna que representa el primer paso formal para llevar a EA a un proceso de privatización, luego de que la empresa anunciara sus intenciones de venta en septiembre pasado.
Con la aprobación de los accionistas concretada, el acuerdo ahora deberá pasar por el análisis de diversos reguladores gubernamentales. Este proceso podría extenderse durante varios meses, o incluso más de un año, tomando como referencia el extenso camino regulatorio que enfrentó la adquisición de Activision Blizzard King por parte de Microsoft. Además, el contexto actual muestra a las autoridades mucho más atentas a las grandes operaciones dentro de la industria de los videojuegos.
Existen algunas preocupaciones
En Estados Unidos, el acuerdo ya ha despertado inquietudes a nivel político. Senadores estadounidenses enviaron una carta al Secretario del Tesoro solicitando un escrutinio riguroso de la operación, argumentando que la venta podría permitir al gobierno saudí ejercer influencia global a través de una de las compañías más influyentes del entretenimiento interactivo. La misiva subraya preocupaciones sobre el impacto geopolítico y el papel de EA como herramienta de proyección de poder.
Las objeciones no se limitan a territorio estadounidense. En Canadá, el sindicato CWA ha solicitado a las autoridades de competencia una revisión detallada del acuerdo, enfocándose en el posible impacto laboral para los estudios de EA en el país, como Motive, EA Vancouver y BioWare. Entre las principales preocupaciones se encuentran los posibles despidos derivados de una deuda estimada en $20 mil millones de dólares, en un contexto donde la compañía ya ha recortado más de 1,700 empleos desde 2023. De concretarse la operación, el PIF pasaría a controlar el 93.4% de EA, mientras que el resto del consorcio se repartiría el porcentaje restante.
Vía: WCC























