
Un intenso 2025
Se siente como si hubiera sido ayer cuando despedíamos a un alocado 2024 con miras a al año nuevo, el cual, se perfilaba como un momento clave para la industria por toda la turbulencia mediática que se había tenido en los últimos meses con miles de despidos reportados en decenas de estudios alrededor del mundo, esto claro, sin mencionar que Nintendo daría el salto a una nueva generación. Lo que muchos no anticipamos fue que además de todo lo anterior, tendríamos una de las épocas de estrenos más intensas que recordamos, con auténticas cascadas de lanzamientos significativos que evidentemente, nos han generado un considerable backlog. Por fortuna, una vez más, la elección de nuestro Juego del Año para nada fue sencilla.
Los cambios generacionales siempre son duros. A pesar de que estos saltos se han hecho de la forma más suave posible, continuado con el soporte a la vieja plataforma por largos periodos de tiempo, los nuevos retos e incierto futuro, siempre representan un riesgo para el nuevo intento. Nintendo sabía perfectamente que no podía ignorar el abrumador éxito de su Switch, por lo que por primera vez en muchos años, tomaron la determinación de básicamente darle continuidad a lo que ya se tenía con una secuela directa, dejando de lado su filosofía de apostar por ideas completamente nuevas en cada cambio de generación de consolas. El pasado 5 de junio el Switch 2 apareció en el mercado con la casi imposible misión de replicar lo que su antecesor ha logrado desde 2017.
Probablemente, la clave del éxito que Nintendo ha tenido en la última década, tiene mucho que ver con la constancia y calidad de estrenos, apoyándose de otros estudios y claro, de los llamados remakes o remasters para conseguirlo. No obstante, justamente para este primer año de Switch 2, se esperaba algo importante del lado del equipo encargado de los Super Mario 3D, algo que viniera nuevamente a cambiar nuestra perspectiva de lo que es un platformer en tres dimensiones. Dicho juego fue Donkey Kong Bananza, el cual, redefine por completo al género y al personaje que representa, siendo la que para nosotros fue, la experiencia más creativa y sobre todo, más divertida que nos tocó disfrutar en este 2025.
Donkey Kong Bananza es nuestro GOTY
Decidir por dónde empezar a hablar de un juego como Donkey Kong Bananza es complicado, más si tenemos que elegir un solo punto clave que lo llevó a convertirse en nuestro Juego del Año 2025, pues en realidad estamos hablando de un conjunto de buenas decisiones en todos los aspectos de la obra. La forma en la que el Nintendo EAD Tokyo tomó el concepto de DK como personaje y lo reinventó por completo, es algo que no ves a diario, menos cuando esos cambios tienen un impacto tan profundo en el género que se está intentando representar. Por supuesto que en el pasado ya se habían hecho videojuegos con escenarios altamente destruibles, pero nada al nivel de lo que vimos en este 2025 y cómo es que ese concepto está total y completamente insertado en el core gameplay y diseño de niveles del título en cuestión.
La manera en la que Donkey Kong Bananza simplemente te suelta en sus niveles y deja que tú mismo encuentres la solución, podría parecer como puro caos al inicio, demasiada libertad; sin embargo, conforme vas avanzando y poco a poco encontrando cada uno de los cientos de plátanos que hay en estos mundos, te das cuenta que cada elemento fue puesto en su lugar por una razón muy específica. Es esa magia que muchas veces uno solo se puede encontrar en los juegos hechos al interior de Nintendo. Además de todo lo anterior, tenemos a un personaje protagonista con un set de movimientos nunca antes visto que solo sirve para enaltecer la forma en la que los escenarios fueron construidos. DK es una herramienta que se pone en nuestras manos para ir desenmascarando poco a poco cada capa de este universo lleno de sorpresas y grandes momentos.
Evidentemente, sobra decir que si eres de los que ya tuvo la oportunidad de dar el salto al nueva generación de Nintendo, Donkey Kong Bananza debe de ser tu prioridad máxima, pues además, es un elegante despliegue de lo que Switch 2 puede hacer en términos gráficos y de rendimiento, cosa que por supuesto, nos deja más que emocionados por lo que será el futuro de la consola y lo que los desarrolladores podrán hacer con ella. Una vez más, los también padres de The Legend of Zelda demuestran su valía para la industria como la marca con más tradición y al parecer, mayor entendimiento de lo que se tiene que hacer para no dejar de innovar y a la vez, mantenerse dentro de términos sanos si hablamos de lo comercial y financiero. Indudablemente, más de una lección de la que otros creadores deberían de estar tomando nota.























